domingo, 28 de septiembre de 2014

Cóctel de hormonas del amor, toda madre debería experimentar




Cuando empecé mi formación de doula, jamás imaginé que podría vivir la experiencia más heavy de mi vida: Parir. Desde el primer momento del embarazo de mi hijo estuve conectada a él, ya que su concepción lo tenía visualizado sabía que era un niño, lo sentía dentro de mí. Ha sido un embarazo precioso conectado, maravilloso, con algunos inconvenientes ajenos a mi bebé que nos hacían estar más unidos.
Como no podía ser menos su parto fue increíble, tuve una fase de pódromos durante una semana, y el día que decidió nacer estabamos sólos en casa tan traquilos, empecé con unas contracciones picantes a las 8:00 de la mañana pero seguía haciendo cosas preparando comida porque sabía que el momento estaba muy cerca. Pasamos el día en la pelota de pilates, iba notando como mi bebé se movía previa la contracción.
Llegó la noche y ya las contracciones hacían que me conectara con mi cuerpo,estaba escuchando la música de Rosa Zaragoza y mantras y entre el ir y venir del dolor que sentía mi cuerpo hacía que me olvidara de todo, y así fue perdí la consciencia y estaba conectada al dolor, nunca tuve sufrimiento, era un dolor maravilloso que visto desde la distancia de los meses me da nostalgia, pensar que posiblemente no volveré a tener.
Estuve cantando canto carnático, bailando, escuchando música, bañandome en mi bañera hasta llegar a quedarme dormida dentro, eso si que lo recuerdo bien el quedarme dormida porque me desperte al sentir frío dentro de la bañera, al despertar de mi letargo ya las contracciones eran puras de parto y notaba como se me desplazaban las caderas y de repente empecé a vomitar y a limpiarme el instentino.
Mi marido se desperto cuando ya estaba dilatada entera, hablamos con la matrona que teníamos contratada pero  tuvimos que ir al hospital, el traslado es lo que recuerdo con dolor intenso ya que mi neocortex estaba funcionando. Al llegar al hospital me empecé a desnudar, sabía que estaba empujando y al llegar a la habitación ya no podía seguir andando y me agarré a una silla y ahí de píe mis caderas se abrieron y un gran fuego que me quemaba noté como mi hijo se deslizaba a través de mí. El expulsivo lo recuerdo placentero en el momento de quemarme sentí a la vez una gran fuerza placentera.
Aún recuerdo el subidón de hormonas que tuve, fue una explosión de placer, de amor ,de cariño de sentirme plena, tener en mis brazos a mi hijo, a mi cachorro!! Lo disfruté tanto esos momentos que aunque hablan de unas horas a mi me duró días no quería dejar de sentir a mi hijo a mi bebé tan cerca era una pasada sentir esa oxitocina salir por lo poros de mi piel.
Yo que he comparado tener oxitoncina sintética y parir con mis hormonas si tener nada más, no puedo decir solo maravillas de no tener ningún tipo de intervención de medicamentos. Me sentía feliz, plena, fuerte, maravillosa, capaz, poderosa, y sobre todo me sentía Madre!!!! Es una sensación tan maravillosa sentir ese cóctel que toda mujer que tiene un bebé debería sentir y poder disfrutar. El único inconveniente que le encuentro es que te quedas enganchada!! quiero más!! quiero volverlo a sentir!! pariría mil veces y ahora tengo el poder en mí , el poder lo tengo yo, mi esencia de mujer, mi sabiduría ancestral lo disfruté y es un recuerdo tan placentero que es sentirlo y recordarlo que la sonrisa aparece en mi cara.
Me encanta esta imagen trasmite todo.

Agradecida a Susana Olalla, por enseñarme y acompañarme durante mi formación y embarazo.También por enseñarme que dolor no es sufrimiento y si puede ser placer. A mis matronas Rocío por acompañarme en el embarazo y a Maria José por atenderme en el hospital. A Trini Martín por su recomendación que fue una gran luz al final del embarazo. A mis padres y mi hermana que como siempre están disponibles para mí y da igual en proyecto que esté inmersa ahí los encuentro siempre acompañandome.
A mis compañeras doulas, a mis mamis con superpoderes  y todas mis comadres por acompañarme!!

A mi hija por haber sido mi mejor compañera y Mi marido Octavio por dormirse y estar tranquilo confiando en mi y en nuestro hijo.
Y el más puro agradecimiento a mi Hijo que circuló por mis entrañas y supo hacerme conectarme con él y disfrutar de ese momentazo

Aránzazu Morales, Madre y Doula

www.porteofeliz.com